Las conquistas del capitán Kuk

El comandante Kuk, capitán de nave comercial Krisol, solía recordar sus conquistas cada vez que la tripulación volvía a embarcar rumbo a su siguiente planeta.

Después de cenar, cuando la nave ya estaba en órbita, los hombres encendían el piloto automático y se reunían en la sala de control con unas copas en la mano para charlar animadamente. Al cabo de un rato de conversación, era ya costumbre que el capitán describiera pormenorizadamente a los presentes todas las mujeres con las que se había acostado en el planeta que estaban abandonando.

-Patia, toda una dulzura, rubia, capacidad para leer la mente. ¡Qué compenetración! Jonia, grácil, pelirroja, clarividente, ¡qué preparada estaba para mi ruptura! Fripa, enérgica, morena, hiperelástica, ¡no sabía que aquello fuera posible sin que hubiera en la cama al menos dos mujeres a la vez!

Ante los hombres de la nave, Kuk repasaba la variedad de todas sus conquistas. Todas las razas, todas las profesiones, todas las edades, todo tipo de genes mejorados. Nada escapaba a los encantos del capitán Kuk.

-¡Pero jamás me veréis caer en las garras de ninguna! –solía decir.

Cuando Tinia, la suboficial de máquinas, oía decir eso al pasar por la sala de control, miraba hacia abajo y aceleraba el paso. Se podría decir que Kuk decía aquella frase con más frecuencia cuando notaba que ella pasaba por allí.

-Sin ir más lejos –añadió el capitán-, la semana pasada me veía por las mañanas con Suba, empleada de aduanas, y por las tardes con Hadia, entrenadora personal. ¡Con el genio que gastaban las dos, tuve suerte que nunca me pillara cada una con la otra! –exclamaba Kuk mientras simulaba que su mano le cortaba la entrepierna y los hombres reían.

En verdad, no siempre Kuk fue así. Los tripulantes más antiguos recordaban que, años atrás, Kuk y Tinia, la suboficial de máquinas, mantuvieron una larga relación.

Un día Kuk se cansó de Tinia y decidió que no volvería a caer en las garras de ninguna mujer. En adelante sería un espíritu libre y volaría de una flor a otra sin ninguna atadura.

Durante los meses siguientes a aquella separación, Kuk descubrió que, para cierta sorpresa suya, contaba con un gran magnetismo hacia las mujeres. Nunca le había costado tan poco ligar.

A Tinia, enamoradísima de Kuk, era fácil encontrarla llorando en algún rincón cercano a la sala de control cuando Kuk contaba a los demás sus conquistas.

El enamoramiento de Tinia era terriblemente sincero. Pero nadie sabía que aquellas lágrimas no lo eran. A su manera muy particular, la vida de Tinia era plena.

Hacía años que Tinia descubrió que, para tener a Kuk, debía dejar de ser ella.

Durante la estancia de la tripulación en el planeta que acababan de abandonar, Kuk se encontró con Tinia muchas más veces de las que el propio Kuk llegó a saber. Al poco de llegar al planeta, Tinia contó a Kuk detalles de la vida privada pasada de él para meterse en aquel personaje inventado por ella, Patia, la que leía la mente. Días después, Tinia anticipó a Kuk las averías que ella misma provocaba en la nave para introducirse en otro personaje de su creación, Jonia, la clarividente. Durante la semana anterior a embarcar, por las mañanas había sido Suba, la empleada de aduanas, y por las tardes había sido Hadia, entrenadora personal. Aquello fue sencillo. Pero ser Fripa, la hiperelástica, fue lo más sencillo de todo para Tinia.

La encantaba ser cortejada una y otra vez por Kuk. Dado que Kuk creía estar cada vez con una mujer diferente, cabía la posibilidad de que repitiese sus técnicas y sus frases en cada ocasión, y por tanto Tinia se aburriera. Para evitarlo, ella pasó mucho tiempo siendo otras mujeres que le rechazaban si repetía alguna táctica. De esta forma, con el tiempo logró que Kuk acabase llegando a la conclusión que todo le iba mejor si improvisaba. Así le gustaba más a Tinia.

Tinia, enamorada, dispuesta a todo, castaña, la que podía adoptar cualquier forma aunque nadie lo sabía, tendría que esperar al siguiente planeta para volver a ser conquistada por Kuk.

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17 respuestas a Las conquistas del capitán Kuk

  1. Yohana dijo:

    ¡Vaya!.Me gusta que hayas dejado el final abierto.Y me gusta el cuento en general, aunque sea un poco cruel.
    Que puedo decir sobre este cuento considerando que soy una chica:
    ¡Pobre Tinia!(¿que esperabas?)
    Que mala suerte para la pobre chica que Kuk descubriera que se le dan bien las mujeres, y que puede elegir a la que quiera. Y aunque no lo parezca, mi comentario esta exento de acritud.
    Sin duda, Kuk se debe de pensar que puede aspirar a algo mejor, pero lo cierto es que tiene a una chica que le quiere a él más que a sí misma. Y dicho esto, he de decir que viniendo de mí, el comentario es muy cínico.

    Bueno, pero la chica no lo tiene tan dificil. Los chicos en estas cosas sois más listos, y cuando una chica se empeña en conseguir a un chico, suele conseguirlo. Ocurre así muchas veces, aunque no siempre. Me da curiosidad: ¿que debería una chica para conquistar a un macho así?

    • Isma dijo:

      Ummmm, creo es difícil saber quién queda en una situación más patética en la historia, si a Kuk o a Tinia. 😉

      Tinia está dispuesta a renunciar a ser ella misma para conseguir (esporádicamente) a Kuk, haciéndole creer que está ligando con otras que no son ella. Se condena a sí misma a fingir eternamente ser otras mujeres para poder acercarse a Kuk, pues sabe que presentándose como ella misma no podría conseguirlo. Por muchas veces que Tinia y Kuk acaben en la cama, es obvio que Kuk nunca llega a querer a Tinia, no sólo porque Kuk nunca llega a saber que se trata de ella, sino también porque obviamente Kuk tampoco querría a Fripa, Hadia, Suba, etc (los personajes interpretados por Tinia sin que él lo sepa), que para él no son más que ligues de usar y tirar.

      Por otro lado, Kuk cree que es ligón, pero el cuento permite descubrir que no lo es. Desde que acabó su relación formal con Tinia y dijo que en adelante «picaría de flor en flor», Tinia se hizo pasar una y otra vez por dichas «flores» para seguir teniéndole en cierto sentido. Así que no es un ligón, aunque él piense que lo es porque cree conseguir a muchas mujeres (todas ellas Tinia, en realidad). Si Kuk descubriera que su gloriosa etapa de ligón es mentira, y que en realidad siempre está con la misma mujer, lo sentiría como un golpe bajo a su autoestima, por no hablar de su prestigio de gallito ante los demás hombres de la nave. Kuk vive de un patético éxito de mentira.

      Curiosamente, si Kuk tiene su autoestima tan subidita (lo cual es probablemente uno de los motivos para que no quiera asentarse con ninguna mujer), es por culpa de Tinia, que le hace creer que es un ligón exitoso. Así que Tinia tiene al menos parte de culpa de su propia situación. Me pareció una historia tan patética y enfermiza para las dos partes, un status quo tan perverso e insano, que merecía ser contado en un cuento. 🙂 Aunque, quizás, lo más perverso de todo sea que ambos son felices en su situación actual.

      (Respecto a qué debería hacer Tinia para conseguir a Kuk si Kuk hubiera sido un verdadero ligón: como siempre que ocurre cuando la gente puede elegir entre muchas opciones, Tinia debería ofrecer algo diferente a las demás: debería conseguir que Kuk no se aburriera.)

  2. Yohana dijo:

    Creo que no entendí bien el cuento.
    Pensé que que Tinia imitaba a las mujeres con las que salía Kuk, que en realidad sí existían, y que se conformaba con las sobras y con lo que caía.
    Visto así, muy sano no es, pero tienes razón en que aunque enfermizo, al final ambos son felices con su situación. Las relaciones perfectas tampoco existen.

    • Isma dijo:

      🙂 Lo que habías interpretado también da lugar a una buena historia de amor patético y enfermizo, aunque en ese caso sólo sería patético por el lado de Tinia. Kuk sería un símbolo de amor inalcanzable, de que ella tiene que conformarse con las migas. Al haber una sola parte agraviada (Tinia), su patetismo sería mayor aún.

      Por contra, yo pretendía proponer una historia que fuera patética para las dos partes, quizás incluso más para Kuk: al menos Tinia sabe la verdad, pero Kuk está en la inopia y se cree un exitoso ligón. Y esto permite ver un nuevo cariz del amor de Tinia: ella no está enamorada de un triunfador que consigue a todas las mujeres, como todos creen que es Kuk, sino de un tipo que sólo liga cuando ella quiere, y siempre con ella. Sólo ella sabe que no es un triunfador. Y sólo ella lo ama.

      Mañana volveré a leer todo el texto del cuento, a ver si cambiando apenas dos o tres frases puedo hacer que todo quede más claro. La interpretación que hiciste de la historia es interesante, pero me quedo con la que pretendía yo, pues muestra un status quo más patético y perverso en la relación. Así que mañana intentaré corregir el cuento con pequeños cambios.

      • Isma dijo:

        Acabo de cambiar algunas frases en el tercer párrafo contando desde el final. Creo que ahora la cosa debería quedar clara…

  3. Yohana dijo:

    Efectivamente según lo que querías contar, Tinia no es patética.
    A mí, me gustaría ser como ella. Es buena y generosa, conoce las necesidades del hombre que ama, a pesar que este hombre sería bastante censurable porque no ve más allá de sus narices, y no duda en proporcionarselas.
    Aunque Tinia se equivoque en sus métodos, lo justo sería que Kuk se diera cuenta de lo que tiene. O quizás no sea lo más justo. Quizás lo más justo es que Tinia encontrará a alguién que la aprecie más.Quien sabe…

    • Isma dijo:

      Lo único triste de Tinia es que debe renunciar a ser ella para ser feliz. Aunque quizás su «estado natural» sea transformarse constantemente en diferentes mujeres. En cierto sentido, el amor y dedicación de Tinia son muy bonitos. Y la situación de Kuk es triste, pues no ve lo que tiene delante.

      Creo que podría escribirse una versión más larga donde se narrasen pormenorizadamente todos los ligues de Kuk. El lector iría entreviendo un cierto patrón sospechoso en la forma de comportarse de todos sus ligues, algo en la forma de hablar o de actuar que todas ellas comparten. Esto podría hacer creer al lector que Kuk tiene algún superpoder, pues parece que él «moldea» a sus ligues para que todas actúen de manera similar. Más adelante, se podría hacer creer que el parecido de todas ellas procede únicamente de la subjetividad de Kuk, que analiza en primera persona a todas como si fueran su antiguo amor, Tinia. Pero al final el lector descubriría que, simplemente, todas las mujeres eran Tinia. Si se escribe con habilidad, la sorpresa del lector al final podría ser enorme. 🙂

      Otra opción sería escribir una continuación en la que Kuk finalmente lo descubre todo. ¿Se enfadaría mucho? ¿Aceptaría finalmente que Tinia es el amor que le hace verdaderamente feliz? Ahí va una opción: tras enfadarse ambos y distanciarse, Kuk rehace su vida al cabo de varios años con otra mujer. Pero pasa las horas en un sin vivir, sospechando que su nueva mujer es de nuevo Tinia, haciéndole a la pobre la vida imposible con preguntas en las que trata de averiguar si es Tinia o en verdad es otra persona. Al final de la historia, podría descubrirse que eso de que Tinia podía adoptar cualquier forma era mentira: todos sus ligues fueron realmente mujeres diferentes, y su mujer actual también es una persona diferente, pero su remordimiento por dejar a Tinia años atrás le hizo volverse loco y verla por todas partes. Bien escrito, incluso podría dar para una novela corta, quién sabe… 🙂

  4. Yohana dijo:

    Vale que yo no termino los finales, pero los tuyos son siempre finales más bien tristes. Si reescribes esta historia podrías, para variar, darle un final feliz. Y como los protagonistas en este caso son Tinia y Kuk, deberías hacer que acabaran juntos de la forma que quieras.
    Yo lo pondría como que Kuk es lo suficientemente listo y lo suficientemente poco orgulloso como para entender lo que Tinia hace por él, y que Kuk no tiene más remedio que considerar que quiere conocer mejor a Tinia, empezar esta vez con un nuevo punto de vista. O si quieres, Kuk no deja de buscar a su mujer ideal, pero no puede evitar buscar los matices de Tinia por todas partes, hasta que debe reconocer que lo único que le dejara vivir tranquilo es encontrarla de verdad.
    A lo mejor estoy pidiendo demasiado (pobre). No deberia olvidar que lo tuyo es ciencia-ficción. Pero es que te han quedado tan bien algunos cuentos.

    • Isma dijo:

      Ummmmm, hacer que una historia acabe bien… Viendo mi trayectoria, sería una novedad. 🙂 Estoy tan harto de las típicas historias peliculeras sin originalidad que acaban sistemáticamente bien, que suelo tender naturalmente a lo contrario sólo por ponerme en el extremo opuesto. Pero una historia puede ser original y terminar bien, existen bastantes ejemplos. Más aún, si mis historias siempre acaban mal, también estoy siendo en cierto sentido repetitivo, al menos en esa faceta, ¿no?

      Que conste que esta historia, tal como está ahora, no acaba mal. Simplemente acaba en un equilibrio peculiar. Pero tienes razón, se puede hacer que acabe claramente bien. Pensaré una versión alternativa en la línea de lo que dices.

  5. Yohana dijo:

    Se me hace difícil verte leyendo historias en las que seas consciente que son las típicas historias peliculeras sin originalidad. (je,je)
    Bueno, la verdad es que ser diferente, original o reivindicativo no es algo malo, aunque haya personas que piensen que sí. Todo lo contrario, son personas necesarias.
    Tampoco es cuestión de hacer finales idílicos con príncipes y corceles. Para mí lo más acertado sería hacer finales satisfactorios para la mayoría de la gente, aunque he de reconocer que eso es algo complicadísimo y no es algo en lo que yo sobresalga precisamente.
    Tienes razón en que esta historia no acaba mal; directamente no acaba, lo que a mí gusta porque el lector puede decidir el final. Después de mi experiencia con “El quizás de Sandra”, creo que lo mejor es no intentar modificar tus cuentos. Por cierto, que sepas que los que leyeron la historia son conscientes de que la metedura de pata fue mía.

    • Isma dijo:

      Creo que, cuando una persona lee una novela o ve una película, busca tener alguna de las dos experiencias siguientes: (a) meterse en la piel de los personajes y sentir lo que ellos sienten; o (b) ver cosas nuevas. Las personas con mucha empatía buscarán, al menos, (a). Las personas con mucha curiosidad buscarán, al menos, (b). Las personas con ambas características buscarán (a) y (b) a la vez.

      Los objetivos (a) y (b) condicionan, a su vez, el tipo de finales que cada tipo de público desea ver. Los que buscan (a) querrán ver un final feliz en el que se libere la tensión, dolor o injusticia sufrida por los personajes a lo largo de la historia. Los que busquen (b) querrán ver un final rompedor, algo que les haga sentir que han aprendido algo realmente nuevo con la historia.

      Y he aquí el dilema de cualquier guionista o escritor: ¿qué hacemos con los que buscan (a) y (b) a la vez? Los finales felices (el bueno se venga del malo; el chico y la chica acaban juntos; etc) suelen ser previsibles por haberse usado tanto. Se puede ser original en la manera en que se llega al final feliz (cómo el bueno mata al malo, cómo la pareja se reconcilia, etc), pero dicho final será, en sí mismo, previsible: había un objetivo X conocido desde el principio, y al final X se consigue. Desde el principio sabes lo que pondrá en la última página: «Así que lo consiguieron. Fin». Aunque no sepas lo que pone en la penúltima.

      Quizás por eso las historias abiertas son tan efectivas: el público que busque (a) puede «rellenar» lo que falta e imaginar un final feliz, y el público que busque (b) puede «rellenarlo» para imaginar un final no convencional. El problema es para los que buscan (a) y (b), pues puede ser difícil imaginar un final que satisfaga (a) y (b) a la vez.

      Respecto a lo de «El Quizás de Sandra», ¡a mi me había parecido un añadido que pegaba! Si alguna vez te vuelve a apetecer variar alguna historia mía, por ejemplo podrías probar con «Las conquistas del capitán Kuk». Como hemos comentado, la historia permite muchas versiones alternativas. Además, da mucho juego para desarrollar los sentimientos de los personajes, dada lo perversa que es la situación.

  6. Yohana dijo:

    Gracias por lo del añadido de «El quizás de Sandra». La verdad es que después de ese pequeño fracaso, me da miedo hacer algo con tus historias. Si lo piensas bien, ambas historias son un poco bizarras. No olvidaré esa expresión,con una ceja arqueada y la comisura de los labios apuntando hacia abajo, con la que me miraban algunas personas, como si estuviera loca.
    Pero pensaré a ver si se me ocurre algo.

    Con respecto a lo de los objetivos que busca cada persona en una historia, bueno, a lo mejor cada persona tiene distintos objetivos y ve una misma historia de una manera diferente. Por ejemplo «Planilandia» puede interpretarse como una obra educativa para infantes, o como una critica social de la epoca y lugar donde se escribió, o como lo ve la mayoría de la gente, como una estúpidez súpina.

    Lo cierto es que la mayoría de la gente quiere ver finales felices, lo que me parece lógico, porque todos consideran que su vida no es lo suficientemente feliz, y encuentran así su forma de evadirse. Con lo que tú tienes razón en la opción (a). Pero si se escribiera un cuento de dos lineas, que solo tenga (a):
    «Erase una vez dos amantes que se querían, y no podían encontrarse. Pero al final lo consiguieron. Fin»
    No sé porque, tengo la sensación de que no dejaría conformes a la mayoría de las personas. Con lo que entra en juego la opción (b) que antes comentabas, saber cosas nuevas. Los detalles, los matices, también son importantes.

    Luego en conclusión, una buena historia debe contar irremediablemente con (a) y (b). Esa es mi opinión.

    Yo sigo sin conseguir darle ese toque de acción, de cosas nuevas a mis historias. Puedo verlas, pero no darles un «final» consistente. De hecho, no puedo darles un final. En ese sentido, envidio lo que tú quieres expresar en tus cuentos, en algunos más que en otros (siento decirlo). Quizás tengas razón en que lo ideal es sorprender ¿pero cómo?

    Por cierto que esta mañana que he tenido un rato, me ha dado por leer «Todos vosotros, Zombies». Como ya sabía de que iba la historia, no me ha costado mucho seguirla, y esta bien, me ha gustado. Pero he de confesar que no entiendo el título.
    ¿por qué somos Zombies?

    • Isma dijo:

      Por supuesto, «El quizás de Sandra» y muchas otras historias que están aquí son algo bizarras. Es lo que tiene el género. 🙂

      Efectivamente, aunque mucha gente busca más (a) que (b), una historia que sólo tuviera (a) no triunfaría. Siempre hace falta algo de (b), aunque sea un poquito. La historia ideal tiene ambas cosas. Puede que la clave para escribir historias exitosas para todos los públicos sea crearlas de forma que cada lector encuentre en ellas lo que quiere. Por ejemplo, un lenguaje ambiguo muy calculado puede servir para que cada tipo de lector piense que el escritor quiso decir una cosa diferente, de forma que cada uno crea entender lo que deseaba encontrarse.

      Identificar qué proceso seguimos mentalmente para intentar inventar historias originales es difícil. Si diéramos con el «patrón de la originalidad» y lo usásemos sistemáticamente para crear nuevas historias, entonces también acabaríamos haciendo historias cortadas por un determinado patrón, y al final ya no parecerían originales. 🙂 A veces, yo tomo alguna faceta esencial de nuestra vida (e.g. nacimiento, muerte, reproducción, sexo, violencia, paso del tiempo, etc) y trato de pervertirla de alguna manera (e.g. confusión de identidad, situación antisocial o socialmente no convencional, recuerdos inciertos, justicia paradójica, locura, etc). Por ejemplo: diseñas una situación anómala, y la presentas inicialmente como normal, o al revés. Hacer «lo contrario de lo normal» también puede ser una aproximación aceptable a lo original. Fíjate en que a veces hay muchas definiciones de «lo contrario». ¿Qué es lo contrario de 6? ¿-6? ¿1 entre 6? ¿9, si se mira boca abajo? ¿»sies», por ser «seis» leído al revés? Otra opción es explotar lo que llamábamos aquí factor Z: juegas con un lenguaje ambiguo para presentar lo que aparentemente es X (algo bien conocido que esté incrustado en nuestro subconsciente), pero al final se descubre que es Y (algo trascendente, o aterrador, o infantil, etc). También me gusta hacer historias donde todo se entreteje de manera compleja, pero al final emerge un patrón simple, una explicación sencilla…

      En «Todos vosotros, zombies», el protagonista piensa que él es el único que no es un «zombi», un muerto viviente, porque él es la única persona que es el origen de sí misma. El resto de la gente que vive en el mundo nace en una fecha porque sí y muere en otra porque sí, en una especie de tránsito banal y vacío de contenido: no decidimos existir, no tuvimos ninguna responsabilidad en nuestra propia existencia. La vida de todos los demás es un devenir transitorio y absurdo (somos «zombis»), mientras que la única persona que trasciende esa insignificancia es el protagonista del cuento. Los demás («todos vosotros») somos zombis.

  7. Yohana dijo:

    Esta claro que lo de los enfoques nuevos es lo tuyo, y he de reconocer que eso algo atrayente para los lectores, por lo menos para los que tienen más caracteristicas (b).
    Lo malo una de lectura que pudiera resultar algo retorcida, es que cuando el lector saca a relucir esa faceta (b) que todos tenemos, un leguaje ambiguo muy calculado puede resultar muy penoso. Eso de saber que estas leyendo algo que puede tener un sentido oculto entre lineas, puede resultar muy frustrante si no eres capaz de aislarlo de la ambiguedad.¿no te ha pasado a ti? Claro esta, que a lo mejor es solo una interpretación del lector, que es realmente el que puede darle otras explicaciones, cuando realmente no existen otros sentidos. Supongo que son los riesgos de utilizar un lenguaje ambiguo.

    A lo mejor el «patrón de originalidad» ideal es que no haya un patrón.(que curiosa contradicción esas palabras ). Se te da bien darle la vuelta a las historias: el factor Z. Lo que no me cuadra a mí es tu último comentario de que después de entretejer todo de manera compleja, se resuelve todo con una explicación sencilla. ¿que se considera sencillo?

    Curiosa explicación la de los zombies. (¿Lo has deducido?¿lo explicaba el autor?) Desde luego el tal Heinlein era un hombre que le gustaba hacerse a sí mismo. Si es verdad que la situación del zombi me recuerda un poco al colgante; siempre existe, porque siempre hay una «versión» suya existiendo…pero la propia vida del personaje tiene un inicio y un final cuando tomas una sola versión suya. Luego ¿es un zombi?

    • Isma dijo:

      Recuerdo haber hablado alguna vez con alguien sobre las historias en las que no se entiende nada durante muchas páginas, hasta que más tarde todo se explica. ¿Hasta qué punto el lector tiene paciencia para leer entre total confusión? Todo lector tiene un límite en el número de páginas que es capaz de leer sin entender nada. Fomentar la confusión durante un tiempo puede aumentar la sensación de misterio, pero prolongarlo demasiado puede ser frustrante, sobre todo si luego la solución no está a la altura. Un ejemplo televisivo: la manera en que Twin Peaks daba largas ad infinitum para no explicar quién era el asesino de Laura Palmer era muy cargante. Demasiado tiempo sin entender nada. Y al final la explicación era decepcionante (esto le ocurre a muchas series de la tele, presionadas para seguir haciendo capítulos sin sentido mientras haya audiencia). Otra opción es hacer que, hasta que todo se explique, el lector crea una explicación falsa, en lugar de hacer que no tenga ninguna explicación. No se fomenta tanto la sensación de misterio, pero puede ayudar a que la sorpresa final sea aún mayor.

      Con lo de la sencillez en la complejidad me refiero a que me gusta intentar que una explicación aparentemente compleja se convierta, al final, en una explicación mucho más plausible y sencilla. Por ejemplo, como en Mundo Ciénaga o Vuelta a la prisión. Por contra, en otras historias, la explicación final era más retorcida que la aparente (sin ir más lejos, El quizás de Sandra, o incluso Siempre contigo).

      No sé cómo llegué a la conclusión de lo de los zombis. Creía que lo explicaba el narrador, no sabía que lo había deducido yo. 🙂 Interpretándolo de esa manera, el colgante (lo que simboliza) es eterno, mientras que él y ella serían «zombis».

      Por cierto, ha habido últimamente ciertos buenos días puntuales de visitas, a ver si siguen… 🙂 Dado que este blog sigue existiendo en gran medida gracias a ti (sin los comentarios, posiblemente ya habría desistido), si quieres podría pasarte el password para que pudieras cotillear las estadísticas, la configuración, etc. Sólo veo un inconveniente: al ser administradora, ya no sumarías visitas en las estadísticas. 😉

  8. Yohana dijo:

    Bueno, lo de producir confusión en la lectura o en alguna historia depende de como lo hagas. Pero todo depende de si hay un plan o un desarrollo oculto, o no lo hay. Efectivamente yo creo que cuando se tiene una buena idea, un argumento atrayente o consigues captar la atención del lector, pero no tienes un plan, no queda más remedio que ir improvisando, y finalmente eso conducirá a la irremediable decepción. Es lo que pasó con «Perdidos» o con «Twin Peaks». Tampoco es para tanto; después de un tiempo, aparece otra serie con las mismas caracteristicas y te vuelves a enganchar igual, pensando que esta será distinta (aunque probablemente no lo sea).Por cierto ¿quién era al final el asesino de Laura Palmer?. Yo dejé de ver la serie cuando empezaron con los sueños raros.
    Lo de los Zombies lo preguntaba porque me parecía una analogía muy compleja. Desde luego que a mí no se me hubiera ocurrido nunca relacionar un zombie con una existencia eterna. Pero ahora están tan de moda…No sé, no me parecía algo fácil de captar por un lector medio.

    Lo del password, no parece buena idea. No deberiamos olvidar que el blog es tuyo. Si quieres tratarme como una colaboradora…bueno. Te puedo decir que mi media de visitas es de dos a tres al día, aunque depende claro.
    Lo de que el blog sigue existiendo gracias a mí…joe, me haces plantearme si eso es algo bueno o malo…lo seguiré pensando.

    • Isma dijo:

      Dentro de un rato te mandaré por mail una invitación para darte una cuenta de usuario con rol de editora. Según parece, te dará permisos para crear y editar posts por ti misma, gestionar categorías y etiquetas, subir imágenes, gestionar links, etc.

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